Parcelas
de alegría que atesoramos.
Momentos
de tristeza cuyas lágrimas
besamos.
Risas
de tu boca son piezas inmortales
en
los confines de mi ser: desvanece el
orgullo,
y entre mis brazos te quiero
tener.
Reescribes
mi infancia y adolescencia,
donde
tú no estabas, y aún así, te
extrañaba.
Vacíos que el tiempo deja
en
nuestras manos, y los besos que
pudieron
ser en un espejo quedaron
para
siempre reflejados.
Lo
que pudo ser no fue, y es de tu
color
de rosa ahora que lo es. Lo es,
porque
el tiempo premia los vacíos
cicatrizados.
El
destino, si es que existe, pudo
juntarnos
hace muchos años, pero
aún
así, siento que mis memorias
son
tuyas, como si hubiésemos
unido
estado.
Amarte
es desahogar lo que muchos
años
guardaron. Amarte a ti es júbilo y
calma,
salvo cuando la pasión
afortunadamente
salta.
Todos
los años anteriores a ti son una
razón
más para vivir, porque la
esperanza
jamás la perdí. Recuerdo
cuando
por primera vez te vi, y me dije,
ella
es la mujer con la cual voy a vivir.
Alegría
y tristeza van de las manos;
sin
ellas, ¿qué hubiera pasado? No
lo
quiero saber, ¿para qué, si juntos
caminamos?