Poesía

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viernes, 29 de abril de 2016

Cultura callejera. Espacio que se debe de cultivar en Guayaquil.

Mi ciudad, Guayaquil, brilla por la falta de lugares culturales. Recuerdo cuando viví hace mucho tiempo en Francia, y uno al caminar por sus calles, veía a músicos, mimos, y demás artistas ejerciendo su profesión, mientras franceses y turistas se conglomeraban frente a ellos; lamentablemente, no es así en Guayaquil, una ciudad lúgubre de concreto, donde hacen falta también espacios verdes.

Y, en mis caminatas en el centro de mi ciudad, siempre en la misma esquina encuentro en las mañanas a un señor que toca su violín o viola (no soy experto en instrumentos musicales). Es de tez y piel blanca, por lo que supuse que no era ecuatoriano. Toca su instrumento, teniendo abierto su estuche, donde uno dona su moneda. Yo soy uno de los pocos que se queda escuchando sus melodías, y por supuesto, dono. Para un guayaquileño es un misterio encontrarse a alguien que cultive la cultura en la calle, como sucede en Europa, por lo que hoy le pregunté si era escocés, y me contestó que no, que él es de Londres. Por lo tanto, tenemos en Guayaquil a un inglés que nos dona sus talentos musicales en la calle al tocar su instrumento. ¡Qué esta buena costumbre perdure!











Hoy decidí filmarlo y compartir esta corta historia con ustedes. También, una señora con sus hijas toca el violín afuera del local Eta Fashion del centro de Guayaquil, pero lamentablemente no la vi hoy. Espero que les guste.


Juan Xavier