¡Ay barca mía cómo trémula transita!
Busca algarabía, mujer con el
corazón que palpite carmín de rosas
y labios que se entreguen a dar un
beso, y, ¡Rápido! ¡Qué la soledad
marchita!
Levantarse deseando el roce de
su piel, un abrazo de mujer, es
mucho desear aunque se necesite
amar, un volcán que desea estallar. E imaginar…
Primavera las manos de nácar
que marcan mi espalda, bella
imagen que bajo esta noche
estrellada imagino envuelto
bajo las sábanas: sus uñas
sangrándome pequeñas gotas
sobre mi espalda, su rostro se
dibuja y marca bajo una
almohada, y de su boca escapa
un hálito que se deshace
suavemente bajo mi respiración
agitada.
Bella fantasía que mi barca busca
para acalorarse bajo la soledad que
la arropa cada noche y cada mañana.
Me embriaga ver sus ojos, clavarme
en su mirada, y que clave la suya en
la mía y que una sonrisa se le dibuje
delicada.
Hermosa fantasía que mi mente
maquina, pues la soledad prolongada
es penumbra, y mi barca, el alma,
se embriaga con imaginar el alba:
una mirada.