Poesía

Poesía

martes, 19 de enero de 2016

Un Nocturno de Chopin

Tú mujer de pupilas de ojo
De tigre, la llama que amo
Tanto en la paz como en la
Guerra.

Tú, grata sorpresa, anidas
En mi alma la paz que tus
Caminos deja.

Tú, mujer hermosa, ven
Conmigo hacia al infinito,
Arrástrame hacia tus olas,
Ahógame en tu boca.

Ven conmigo hacia los
Prados de Roma, a tomar
Sitio de la ciudad: somos
Infinitos, somos púrpura
Toga.

Caminemos hacia donde
Las olas y el viento nos
Quieran llevar.

Si debo escalar un muro para
Hacia tu firmamento llegar,
Remontaré con mis manos
El asedio, y no en vano
Acabará toda oposición hacia
La consecución de la
Felicidad.

Y, escuchando un Nocturno
De Chopin, tú, mujer de luna
De día, y de sol a oscuras,
Escribirás nuestra partitura.

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