Poesía

Poesía

miércoles, 2 de julio de 2025

Antes de dormir



Siento que de alguna forma en tu 

pecho me sientes a la distancia, que 

me piensas recordando los momentos

juntos bajo el paraguas de la ciudad

que no cesa de actividad.


Has sido lo más cercano al cielo que 

he llegado, recordando tu mano

bajo mis labios, y tu cara deseosa que

la siga besando.


Camino por las calles de la ciudad que

no cesa de actividad preguntándome 

si seguirás disminuyendo la llama de tu

vida, lastimándote por una moneda, 

como si de caridad fuera.


Camino lamentándome del fracaso de 

no haber logrado salvarte del naufragio,

habiendo querido levantarte del abismo

en que todavía hundida estás. Mas tu

decisión fue la más fácil, la que más 

duele, la que a largo plazo te entierra 

más.


Mira, te doy mi mano, tómala, no todo

está perdido, mi querida amiga, amante,

compañera. Tómala, aquí estoy, que el 

alba volverá, la lluvia en susurros se 

apagará.


Toma mi mano, sé que rota estás, y 

aunque el mundo sienta que se me cae

en pedazos, callo el dolor para no 

verte desesperada, amiga mía, por

querer conseguir una moneda que

a tu cuerpo lanzan con facilidad.


Yo daría todo por poder tocarte, de

poder sostenerte de vuelta, de enjugarte

una lágrima, a pesar de las mentiras que

poco a poco descubría. 


Esta noche te extraño, la anterior también,

 y las otras igual. Siento una pena abrasadora que carcome mi pecho, que lastima sin sentirte otra noche más.