Poesía

Poesía

martes, 20 de agosto de 2024

Adiós

¿Me preguntas qué quiero mientras

tiernas lágrimas brotan de tus ojos

acastañados fijando tus pupilas en

las mías? ¿Cómo despedirme si te

veo llorar y juré darte felicidad?


Hubo momentos donde rezumaba 

amor en nuestros pechos, voz in

crescendo, manos entrelazadas,

juntos nuestros alientos. Hilaridad

y llantos compartidos, frenesí y

delirios, sustantivos y verbos.


La impaciencia del corazón de

no conocer su camino, la prosa

desdibujada de su bosquejo, las

tiernas palabras que quedaron en 

el viento.


Sí, hubo  momentos donde

nuestro amor era pámpanos,

y llegó a ser vid. Mas carámbanos

en noches de invierno como espada

sangrienta por maldecidos verbos

apuñalaban mi pecho. 


Ahora somos dos conocidos que si se

ven se sonreirán, y cada uno por su 

camino. Hemos sentido la hiel del 

sendero que tomamos una vez, para

no volver.


Ahora que sólo somos dos individuos, qué

encuentres a aquél con quien compartirás 

la ambrosía y néctar, aquél que esparza 

semillas en tu campo. 


No hay mejor deseo que aquellos que

atraviesan lo más recóndito del alma,

y los míos atraviesan su infinito, y tal

vez, tal vez, en otra vida seremos aquello

que alguna vez lo pensamos y quisimos.

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