Deslizaba su vestido
color
Vino, Merlot, un
ardiente
Cometa fulgurando entre
Mares.
Una piel de seda, unos
Cabellos morenos, sus
Labios destacando
entre
Sus comisuras, un
Encanto.
Su rostro se
enrojecía,
Pintando de carmín sus
Mejillas, y yo la
miraba,
Una melodía para el alma...
Era escuchar a Mozart,
Sus notas, un allegro, sí,
Un allegro...
Una sonrisa dibujaba,
al
Ver a los novios
entrelazar
Su vida, una felicidad
Honesta, sin envidias.
Era un espectador. Me
Sentía como si
estuviera
En París, dentro del
Louvre,
Viendo una Madonna, o
Una escultura de
Mármol.
La catarsis que
envuelve
Al ser humano.
Mi mirada la buscaba,
y
La encontraba
sonriendo,
La ninfa nereida, un
mar,
En mi cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario