Poesía

Poesía

miércoles, 2 de julio de 2025

Antes de dormir



Siento que de alguna forma en tu 

pecho me sientes a la distancia, que 

me piensas recordando los momentos

juntos bajo el paraguas de la ciudad

que no cesa de actividad.


Has sido lo más cercano al cielo que 

he llegado, recordando tu mano

bajo mis labios, y tu cara deseosa que

la siga besando.


Camino por las calles de la ciudad que

no cesa de actividad preguntándome 

si seguirás disminuyendo la llama de tu

vida, lastimándote por una moneda, 

como si de caridad fuera.


Camino lamentándome del fracaso de 

no haber logrado salvarte del naufragio,

habiendo querido levantarte del abismo

en que todavía hundida estás. Mas tu

decisión fue la más fácil, la que más 

duele, la que a largo plazo te entierra 

más.


Mira, te doy mi mano, tómala, no todo

está perdido, mi querida amiga, amante,

compañera. Tómala, aquí estoy, que el 

alba volverá, la lluvia en susurros se 

apagará.


Toma mi mano, sé que rota estás, y 

aunque el mundo sienta que se me cae

en pedazos, callo el dolor para no 

verte desesperada, amiga mía, por

querer conseguir una moneda que

a tu cuerpo lanzan con facilidad.


Yo daría todo por poder tocarte, de

poder sostenerte de vuelta, de enjugarte

una lágrima, a pesar de las mentiras que

poco a poco descubría. 


Esta noche te extraño, la anterior también,

 y las otras igual. Siento una pena abrasadora que carcome mi pecho, que lastima sin sentirte otra noche más.

lunes, 2 de junio de 2025

Tinta y fuego

Previo a dormir te escribo estos versos que merecen ser plasmados con tinta y fuego:

Escucho una pieza que me recuerda a  ti. Es una pieza dulce, similar al sentimiento de paz y deseo que se me acumula en mi pecho. Paz y deseo al verte, como si de un violín eufórico se tratara.

Escucho la pieza y tus manos se escurren sobre mi piel en mi imaginación, pues esos dedos parecieran creados por los mismos Dioses del Olimpo, formando una mano de nácar, y me gusta cómo la sostienes contra tu cara cuando me miras fijamente frente a un telón que nos separa. Tú escuchas, y yo  fijo mi mirada en tus ojos: un vado de agua esmeralda que me calientan como una taza de chocolatada. 

Tus ojos me calientan el alma, al verlos siento cómo el mundo se aquieta, y dulcemente, en crescendo, asciende mi deseo de comerte esos sutiles labios que tienes, de sentir las brasas de un beso, de pensarlo, de querer palparlo. 

Me aflige por dentro el no poder decir las palabras que callo por solemnidad y respeto que ante ti siento, y pienso… cómo me hubiese encantado haber encontrado tu rostro y el rizo de tus cabellos primero. 

Yo escribo estos versos, te pienso, y es en la noche cuando más lo pienso, una primavera eterna, las jacarandas florecientes adornando tu pelo. Pensarte me acalora el cuerpo, se siente bien, lo deseo. 

Pinceladas de rayos de sol en tu castaño pelo, un telón de fondo que nos separa de vernos, frente a frente, lo anhelo. Amo escribir estas palabras, amo lo que hago, amo entregar al mundo lo que por ti pienso y siento. 

Y quiero decirle al viento para que en una tormenta su silbido en tu ventana te susurre que me has hecho ver el mundo de colores distintos, que el gris puede ser verde grisáceo, sereno, paz, al mezclarse con el destello de tus ojos en una noche de invierno. Y que en un beso tuyo el gris ser pardo rojizo. 

Tantas palabras que se lleva el viento, murmullos que nacen en la oscuridad de la noche y que no se atreven en llegar a los oídos por la ansiedad que carcome a quienes ansían el deseo, pero les aflige de antemano el poder ser desdeñados, desairados. Si tan solo los ojos pudiesen hablar, mucha ansiedad e incertidumbre se pudiera evitar. Y es por ello que es preferible escribir y saber callar.

lunes, 19 de mayo de 2025

Imagino

 



Eres poesía para mis ojos, se complacen de verte, rostro hermoso de esmeralda y nácar. Espuma de Venus, prolijo rostro hija de Urano, eres primavera en invierno y el sol en mis veranos. 


Ay, te pienso ahora más que nunca, y te escribo estos versos que jamás leerás porque soy el mejor para callar, plasmando en papel palabras para de pecho no enfermar. 


Ferviente deseo de confesar, de bordar mis palabras de dulzura para que, al rozar tu oreja, dejarlas en tu oído en un soplo entrar. Dejo la imaginación volar.


Me puedo quedar un día entero escribiendo los versos más bellos con tan solo contemplar una imagen donde tus ojos verdemar pueda apreciar, tanta paz ellos me dan, pero enamoran además, volátil imaginación que quieto no me permite estar.


Ese ferviente deseo de no ser una hoja poco prolija que va cayendo marchita, de querer ser deseado y amado, que me permita imaginar cuerdamente momentos deseados.


Te inmortalizo con mis versos imaginándonos a los dos montando a Pegaso en los cielos, para ser rayos y truenos. E imagino…


Imagino tenue luz de luna, silencio y penumbra, eres mi devoción al tacto que no alcanzo sentir por silencio guardar para seguir viéndote y no ahuyentar; las yemas de mis dedos sobre tu manto de nácar quieren estar, deslizándose,  poniéndote la piel de gallina, y, ¿ves? Dejo la imaginación volar.


Imagino tu rostro volverse rojo si algún día mis versos llegaras a encontrar, las palmas de tus manos agarrar. Quiero gritarlo al silencio, como si de un volcán fuese mi pecho a punto de estallar.

—————————————————————-


Amo mis letras, letras que no son mías, pues si ella no existiera no estuvieran mojadas en tinta. Fleur de vie, fleur du bonheur, mes paroles sont à toi, je te pense sans que tu le saches, tout le temps, surtout quand je suis seul, laisse-moi te voir.

domingo, 4 de mayo de 2025

Poema nocturno

 


Bebo mirando fijamente tus ojos

hasta embriagarme de ti, y

me pierdo desenfrenadamente en

tu sabor, en tu piel, en tus manos

que aprieto contra las mías y tu

corazón que fuerte palpita.


He dejado mis labios moldeados

en tu cavidad sureña, un suspiro

carmesí donde beber yo el néctar:

desenfrena en ti suspiros profundos

do tu espalda arquea.


———————————————————

Es de noche y no estás. La luz

tenue me hace sentir más la falta,

la mucha falta que haces, que

solo aspiro dormitar. 


Es como ser un  lobo en celo 

abandonado y solo en un 

desierto.


Y al dormitar, yo deseo, y deseo…


Deseo como buen caballero 

llevarte hacia mi hogar como

mujer mía, y yo tuyo, tuyo 

hasta el último hálito de 

aliento. 


Deseo que llegue invierno, que

el frío haga que eches de menos

el calor de nuestros cuerpos, el 

deseo de piel, y de los vidrios

cubiertos de sombras y nuestros

reflejos.

———————————————————


La melodiosa voz con tu acento 

marcado de norte es un verso 

entonado al cielo. Esa boca 

con sabor a frutilla a la crema,

do florece tu origen con cada

sonido que emite, la quiero

comer hasta hacerte temblar

de placer y algo más, pues

también es deseo.


Escucharte es música, mirarte,

mirarte… mirarte es ver arte. 

Y, ¿amarte? También, un arte.


——————————————————

¡Ay! Me recuerdas, en parte, al

dulce sonido de violines, y en 

parte, al vaho que deja el aliento.


Te echo de menos, flor carmesí,

tu fragancia quedó en mi piel, 

llevándote a donde sea que vaya,

adentro.


——————————————————-


Vuelve la noche, otro día más de 

solo textos, un par de horas que

nos aleja el viento. Y pienso en lo

bien que nos amemos.


———————————————————-


Llegó el alba, “¡despiértate!” 

escucho que me susurran al 

oído, y hay un vacío: si tan solo

pudiera seguir durmiendo, 

soñando, mi silencio.

  

jueves, 10 de abril de 2025

Constelaciones

Se encendieron las estrellas, y

te imagino a ti a mi lado, mientras

duermo boca arriba encima del

pasto. Te dibujo en mi imaginación,

tú, una constelación, brillas con

Pegaso. Tú, una fémina formando 

una armonía entre los astros.


He caminado por este mundo,

y no me arrepiento de lágrimas

de dicha o tristeza, pues he

amado y me han amado, he visto

amaneceres y crepúsculos, noches

estrelladas, a mi familia y a ti en 

esta tierra.


Quiero que te quedes conmigo,

que veamos atardeceres juntos,

que camines conmigo en el campo,

que me abraces y no me deseches

de tu lado. 


———————————————————


Lejos, lejos, y me recordarás

al ver el cielo al resplandecer 

cada mañana, pues ya no soy 

de aquí, y del alto cielo algún

rayo solar seré, y trataré de 

llegar a tu piel, y besarla con

cada átomo de energía que

llegue a ser.


Extrañaré en la noche las 

mañanas, y al amanecer

te trataré de alcanzar, de

llegar hacia tu piel, de darte

mi parte de sol, pues ya no

soy de aquí, y te quiero dar

lo mejor de mí. 


jueves, 27 de marzo de 2025

Cabello largo y lacio de negro azabache

Para ti, mujer con pupilas

acastañadas que se

vuelven verdemar con

la luz solar.


Ven mujer de cabello 

lacio y liso, una cascada 

de tinta negra azabache 

que llega casi al fin de tu 

espalda, abrazando con 

ternura tu cintura. Ven

conmigo que quiero

perderme entre el bosque 

de sus hebras, y ahogarme 

con el perfume que

naturalmente emana.


Te invito a danzar conmigo

bajo la penumbra, que el 

lecho nos aguardará con

sus sábanas, donde

desprenderemos piel

contra piel el calor de

nuestras entrañas.

———————————————————

Llega la noche, esperada 

noche, estrellada, y aceptas

mi invitación de bailar. Reímos,

sonreímos, y palabras de amor

que modulamos con nuestros

labios al oído se pueden 

escuchar: un te amo, un para

siempre, un te deseo y la sed

que nos tenemos.


Mis manos navegan por toda

tu piel, acariciándola con

ardiente anhelo. Congelemos

el tiempo, que perdure este 

momento.


Y te digo al oído dos 

palabras, pues eres

un para siempre y no

para un rato, y 

respondes que tú 

también, y ahí al cielo

llegué.


Me llevas al cielo con tu

mirar, tú, mujer cubierta

con piel de seda, y blanca

como el nácar, te quiero

para siempre, y amaré

esta noche como el 

inicio de muchas más.

domingo, 9 de marzo de 2025

Tórtola blanca

Es de noche cuando 

más la pienso como si 

fuese mía,  hermosa nívea 

mujer, ternura  ebúrnea, 

pensamientos  desbocados 

por las noches  que estoy 

sin su tacto, solitario  en 

mi cuarto.


La veo en mi recuerdo, 

me mira sonriendo, 

su cabello negro como el 

azabache se desliza hasta su

cintura, cada hebra de pelo

suave como la seda es un 

océano negro donde quisiera 

ahogar mi rostro envuelto en 

las sábanas donde reposa ella, 

es su lecho.



Ahora, más que nunca, necesito sus

brazos alrededor de mi cuello en un

abrazo que me quite el aliento. Quiero

salir de esta soledad y dolor 

que carcome por dentro. 


Llueve, hace frío, y por ello siento 

que es el mejor momento para 

regalarle estos versos, aunque 

estén marcados de melancolía y

recuerdos.  Y es que…


Tantas palabras que con recelo

guardamos, hasta que eclosionan

en una confesión, y ahí nos tiembla 

el labio. Pues es bien conocido que

duele un infarto un rechazo. Pues 

te digo:


No estás y te amo. Te reconozco

en mi mar de recuerdos, y veo en

ellos aquellas manos tuyas, 

mitológicas, de Helena de Troya,

envueltas en un pañuelo blanco. 


Ansío rozar tu piel, y una vez

más sentirla erizada por mi 

tacto. Anhelo llenarte de 

escalofríos, y decirte en tu oído 

palabras de amor que sean rocío 

en tu geografía, especialmente 

al sur,donde quiero ver emerger

ríos que únicamente tú podrás 

contener… y que no quiero que 

contengas, pues es hermoso 

cuando el deseo corre libremente 

entre dos pieles unidas durante 

el ocaso.


Y puede que, si me quieres, me 

extiendas tu mano, desnudes  

tu alma, intimando en susurros 

que transmutan en un perfecto 

abrazo.


Regálame tu tiempo, un espacio,

no pido más, un abrazo, para

tener un rastro de ternura sobre 

mi piel e irme colmado.



——————————————————


Es de madrugada y escribo mis

versos. Y recuerdo que te veía y

me recordabas a la melancolía, tu

mirada perdida, y supuse que sufrías,

mas guardaste silencio. No indagué,

yo también callé, deseando escuchar

de tu boca el porqué. 


Aun recuerdo el arrullo de tu

respiración al alcanzar el sueño, 

hermosa tórtola blanca, y tus 

pupilas de ensueño perderse 

en quién sabe qué, pero sé, eso sí, 

que no estabas en el momento.







Almohada

He sentido la dulzura de su 

Piel bajo mi almohada. 


Recuerdo su cabello, sombras

De terciopelo que ondeaban

Bajo una noche estrellada. Sus

Manos de nácar son hilos

De marfil que quiero ver 

Enmarcadas en mi espalda.


Mi deseo es fundirme en un 

Abrazo con ella, que sus uñas

Se claven contra mi espalda,

Invitándola a ser uno bajo las

Sábanas.


Ella es de nácar y seda, he

Guardado su memoria de piel

En mis yemas. Dos palabras es

Lo que de ella siento. Dos 

Palabras, nada más que esas

Dos que retumban en mi 

Almohada.


Y es que dos palabras suyas 

Podrán salvarme de este nudo

Que embriaga mi día y noche,

Pensándola, echándola de menos,

Inspiración celestial de cielo.


—————————————————


Te invito esta noche a disfrutarla,

Mujer de mis venas. Cada 

Palpitación, cada agitación, nació

De pensarte, de manifestarte. 


Y quiero decirte las palabras más

Románticas, que son las que me 

Alcanzan, gritar al cielo que son 

Sólo dos palabras, y por ahí

Adornarlas con otras igual de 

Bellas, de nácar.


Lo que te quiero decir es que el

Olor que dejaste sembrado es un

Ungüento que salva, flor, tú el

Rocío después de la tempestad,

Dulce sensación que no es un 

Espejismo, es realidad, una

Sinfonía, una partitura, paz.


Murmuro tu nombre, tu apellido…

Anhelo escucharlo de tus labios,

Remanso el espacio, dulce 

Inocencia al amanecer, me 

Arrullas respirando. 


Por siempre serás mi gran

Epifanía de amor y paz, tú,

Rosa siempre en primavera, 

Eterno amor, dulce néctar, el

Zumo que anhelo yo. Tú. Yo.

lunes, 24 de febrero de 2025

Es de noche y ella no está

 


Mis pensamientos se vuelcan

en ella para que nazcan mis 

mejores versos. Un poema,

alguna rima que siga al 

compás del deseo.


Es de noche, y hace frío.

Es de noche, y no está su

cuerpo al lado mío. Es de 

noche, y sólo las estrellas

me hacen compañía: ellas

titilan, diciéndome que un

día me arroparán bajo su

guía.


Y es que esta noche es tan

hermosa, tan poética, que

me recuerda a ella. Corre

fuerte el viento, por lo que 

digo las palabras y frases

más bellas al aire para

que se las sople en su

recámara. A lo mejor ella 

reconozca mis susurros, 

en esta noche estrellada.


Quiero escribir mis mejores 

versos, que los lea ella, que

sepa que quiero escucharla 

gemir bajo mi oreja, escucharla

decir palabras de deseo y amor

en mi recámara, ella sobre mi

almohada.


La deseo tanto que me la 

imagino para más de cuarenta

años a mi lado. Imaginar y

desear no es pecado. La 

quiero para mí, y así construiremos,

lo imagino, un mundo nuevo

para refugiarnos.


Es de noche y no logro dormir.

Pienso constantemente en

su piel, lleno de deseo, rozándola

como aquella vez bajo el refugio

de mi recámara. Pienso en ella, y

tal vez… ella en mí también. 


————————————————————


Es de noche y ella no está.

Es de noche y me consume

la soledad. Es de noche, y

pienso en ella… y ella aún no

ve la desnudez de mi alma que

la quiere para la eternidad.