Mi amiga, ¿Qué haría sin
Tu confianza concedida?
En las noches, cuando
Brota la tinta, te comparto
Mis versos, te los susurro
En el viento.
Tu rostro no tiene velo; la
Comisura de tus labios
Es una obra de arquitectura:
definen tu sonrisa, ligera,
Una primavera.
Si supieras como te aprecio,
Amiga mía, ¿Que sentirías?
Te prefiero que al sacerdote
De la misa, aquel que se
Encierra, y escucha pecados,
Esas dulces inocencias.
En invierno estás ahí, cuando
Lagrimean las nubes, y la sal
Recubre la cosecha, la
Indolencia.
Estás ahí, mi primorosa amiga,
Mi burócrata favorita.
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