Poesía

Poesía

lunes, 20 de septiembre de 2010

Poemas

Mar
El mar acecha
Y cubre el cuerpo
De mujer que la baña
Y purifica en un encanto
De placer

La luz la hace brillar
Cuando con sus pies
Al caminar se desenvuelve
En una danza ritual.

¡Oh! ¡Cómo quisiera
Ser el encanto que se
Desenvuelve en su ser
Que vuelve al mar que
Acecha las huellas que dejan
Sus pies.
2
No quiero que seas mi amiga,
No deseo tal desdicha, porque en ti
He encontrado una felicidad no descrita.

¿Para qué ser amigos, si mi corazón
Arde por tenerte  a ti vida mía? No tengo prisa,
Pero quiero enamorarte vida mía, que seas mi
Compañerita por toda esta vida.

No, no me digas para ser amigos,
Que eso duele más al corazón que
El propio puñal que me puedes atravesar.

No, ser tu amigo, jamás…
3
Tu piel de nácar
Hierve mis cinco sentidos,
Tu sonrisa juguetona enciende
Mis más cálidos sentimientos,
Y el roce con tu piel en un lejano beso
Me deja paralizado como los muertos.

Pero es tu piel translúcida como
El alabastro la que me tiene enamorado.
Más linda que el blanco mármol que
El castellano no puede alabar las sombras
Que dejas a un lado.

Quisiera ser como esas sombras que
Vas dejando en tu rastro, para estar
Contigo en todo rato antes que tu perfume
Perezca en el prado.
 4
La lejanía me inspira
Para escribirte poemas
De amor cada día
Mientras aguardo tu
Carta para entre líneas
Sentirte vida mía

Acariciaré la tinta
Que tu pluma deja marcada
En el papel que con ansiedad
Mis dedos esperan rozar,
Ya que la lejanía es un gran pesar…

Te hecho mucho de menos,
Y es un ahogo en el pecho
El hecho que estés tan lejos.

5
Como dos sujetos condenados
Al destierro, yo a ti me entrego,
En alma y cuerpo, porque por ti
Puedo continuar este juego.

Placer que ahuyenta las
Intimidades del cuerpo, yo
 A esto me rehúso de entero,
Porque no hay nada que haga gozar al alma
Que el néctar que expiran nuestros cuerpos.

Dos corazones que laten en fuego,
En una sedienta hoguera en que la razón
Se desprende de los juicios morales que rigen nuestro tiempo,
Porque entregarme a ti es lo único que mi sedienta alma anhela
Para poder estar escuchando los latidos del pecho.

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