Una noche sombría,
un revuelo de pensamientos
que oscurecían mi entendimiento,
de tu piel de nácar que encendía
la chispa del deseo.
Tus pupilas de almendra y nuez
regadas de ébano me miran
con tímidez, mientras deseo
arroparme en tu piel y en un beso
apagar mi sed
Porque yo te pienso
en mis noches de soledad;
y mi corazón brilla y late como
las estrellas que nos miran
fijamente en el universo
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